“Pero, no dice que no”
¿Cuántas
veces no le han dicho esto? Uno está
hablando con alguien de la Biblia, por ejemplo, de la música instrumental en el
culto a Dios y el otro sale con este refrán, “pero no dice que no podemos usar
instrumentos”. Tienen razón—en ninguna
parte de la Biblia prohíbe la música instrumental en el culto de Dios, pero
¿Cuál es la voluntad de Dios en cuanto a los instrumentos? Si, tenemos razón en decirles que no debemos
usar los instrumentos en nuestro culto a Dios, pero ¿Cómo podemos responder al
hecho que no son prohibidos en tantas palabras?
El
silencio de las Escrituras es un principió fundamental para entender la Palabra
de Dios y también en la vida diaria. Si
una madre mande su hijo a mercado a comprar leche, no necesita darle una lista
de las cosas que no puede comprar—con decir leche, tanto el hijo como la madre
entienden que tiene autoridad para comprar leche solamente. Si regresa con dulces, galletas, refrescos
(soda, gaseoso) no se puede “salvar” con decir, “Pero Mama, no dijiste NO
comprar dulces o galletas”. Si voy al
mecánico buscando un motor para un Toyota, y luego vuelvo a buscarlo, no
aceptaría un motor para Mitsubishi.
“Pero no me dijo que NO quería motor Mitsubishi” me dice el
mecánico. Claro, con decir leche o
Toyota es suficiente—no necesito decir todas las cosas que no quiero.
Interpretando
la Biblia vemos la misma regla—si Dios ha dejado algo fuera de su Palabra hay 3
explicaciones:
1) Se lo olvidó. ¿Puede Dios olvidar uno de sus
mandamientos al hombre?
Cuando lo digo, todos empiezan a reír.
2) Dios no sabía que tuviéramos tal cosa. Más risa
3) Que Dios no lo quería en su Palabra.
Claro, la tercera es la razón
porque algo no está en la Biblia—Dios no lo quiso incluirlo. Y si no ha dicho nada acerca de algo, no
tenemos autoridad para hacerlo. No se lo
condena, pero tampoco se lo aprueba. A
veces los niños no quieren pedir permiso a los padres, porque saben que les
responderán de forma negativa. Se engañan a
ellos mismos con la idea “si Papa no dijo que no puedo hacerlo está bien”. Si lo hacen y sus padres dan cuenta, a pesar
de que no dijeron que no, los castigarán de todos modos.
Notamos
también que en la Biblia se usa esta regla.
En Lev. 10:1-2 dice, “Y LOS hijos de Aarón, Nadab y Abiú, tomaron cada
uno su incensario, y pusieron fuego en ellos, sobre el cual pusieron perfume, y
ofrecieron delante de Jehová fuego extraño, que él nunca les mandó. Y
salió fuego de delante de Jehová que los quemó, y murieron delante de Jehová.” El texto enfoque en “fuego extraño, que él
nunca les mando”, o sea que Dios les había mandado algo en cuanto al fuego pero
ellos no le obedecieron. En Lev. 16:12
manda “un incensario lleno de brasas de fuego de sobre el altar que está
delante del Señor”. Del contexto,
entendió que “el altar que está delante del Señor” se refiere al altar de los
sacrificios que estaba en el patio del tabernáculo y luego el templo.
(Versos18-20) “Pero Lev. 16:12 se
encuentra después de Lev. 10:1-2.” Muy
cierto, pero la ley, incluyendo Levítico fue escrito después, tal vez años
después, de que Moisés hablo los mandamientos a Aarón y sus hijos. Los sacerdotes sabían los mandamientos de
Dios antes de que fueran escritos en el libro de Levítico.
Volviendo
al “fuego extraño, que él nunca les mandó”
entiendo que Nadab y Abiú usaron fuego de otro lugar, un lugar que Dios
nunca les mandó. Con decir fuego del
altar, fuego de otro lugar no es autorizado por Dios. Si Dios especifica cómo debemos hacer algo,
solo tenemos autoridad para hacerlo en esta manera. “Pero no dice que no. . . “ Ellos tenían autoridad para usar fuego
(brasas) del altar pero no tenían autoridad para usar fuego de otro lado.
El
Espíritu Santo, en Heb. 7:14, dijo: “Porque notorio es que el Señor nuestro
nació de la tribu de Judá, sobre cuya tribu nada habló Moisés tocante al
sacerdocio.” Aquí enseña que Jesús es
ahora el sumo sacerdote que intercede por nosotros. Bajo la ley de Moisés, Dios escogió a los del
la tribu de Leví, para ser sacerdotes.
Nunca dijo que los de otros tribus no podían ser sacerdotes—solamente
dijo que debían salir de la tribu de Leví.
Con decir la tribu de Leví era suficiente, no era necesario enumerar
todos las demás tribus que “no podían” ser sacerdotes.
Es
correcto decir que el silencio de las Escrituras no autoriza nada. Cuando personas nos dice, “Pero la Biblia no
condena música instrumental en el culta a Dios” tienen razón, pero la
conclusión que lo sacan no es correcto.
El hecho de que Dios no lo condena tampoco lo aprueba.
Fuente:
Tol Burk