jueves, 2 de enero de 2014

“Pero, no dice que no”

“Pero, no dice que no”

         ¿Cuántas veces no le han dicho esto?  Uno está hablando con alguien de la Biblia, por ejemplo, de la música instrumental en el culto a Dios y el otro sale con este refrán, “pero no dice que no podemos usar instrumentos”.  Tienen razón—en ninguna parte de la Biblia prohíbe la música instrumental en el culto de Dios, pero ¿Cuál es la voluntad de Dios en cuanto a los instrumentos?  Si, tenemos razón en decirles que no debemos usar los instrumentos en nuestro culto a Dios, pero ¿Cómo podemos responder al hecho que no son prohibidos en tantas palabras?

         El silencio de las Escrituras es un principió fundamental para entender la Palabra de Dios y también en la vida diaria.  Si una madre mande su hijo a mercado a comprar leche, no necesita darle una lista de las cosas que no puede comprar—con decir leche, tanto el hijo como la madre entienden que tiene autoridad para comprar leche solamente.  Si regresa con dulces, galletas, refrescos (soda, gaseoso) no se puede “salvar” con decir, “Pero Mama, no dijiste NO comprar dulces o galletas”.  Si voy al mecánico buscando un motor para un Toyota, y luego vuelvo a buscarlo, no aceptaría un motor para Mitsubishi.  “Pero no me dijo que NO quería motor Mitsubishi” me dice el mecánico.  Claro, con decir leche o Toyota es suficiente—no necesito decir todas las cosas que no quiero. 

         Interpretando la Biblia vemos la misma regla—si Dios ha dejado algo fuera de su Palabra hay 3 explicaciones:

1)   Se lo olvidó.     ¿Puede Dios olvidar uno de sus mandamientos al                                    hombre?   Cuando lo digo, todos empiezan a reír.     
2)   Dios no sabía que tuviéramos tal cosa.    Más risa
3)   Que Dios no lo quería en su Palabra. 

Claro, la tercera es la razón porque algo no está en la Biblia—Dios no lo quiso incluirlo.  Y si no ha dicho nada acerca de algo, no tenemos autoridad para hacerlo.  No se lo condena, pero tampoco se lo aprueba.  A veces los niños no quieren pedir permiso a los padres, porque saben que les responderán de forma negativa.  Se engañan a ellos mismos con la idea “si Papa no dijo que no puedo hacerlo está bien”.  Si lo hacen y sus padres dan cuenta, a pesar de que no dijeron que no, los castigarán de todos modos.   
         Notamos también que en la Biblia se usa esta regla.  En Lev. 10:1-2 dice, “Y LOS hijos de Aarón, Nadab y Abiú, tomaron cada uno su incensario, y pusieron fuego en ellos, sobre el cual pusieron perfume, y ofrecieron delante de Jehová fuego extraño, que él nunca les mandó.   Y salió fuego de delante de Jehová que los quemó, y murieron delante de Jehová.”  El texto enfoque en “fuego extraño, que él nunca les mando”, o sea que Dios les había mandado algo en cuanto al fuego pero ellos no le obedecieron.  En Lev. 16:12 manda “un incensario lleno de brasas de fuego de sobre el altar que está delante del Señor”.  Del contexto, entendió que “el altar que está delante del Señor” se refiere al altar de los sacrificios que estaba en el patio del tabernáculo y luego el templo. (Versos18-20)  “Pero Lev. 16:12 se encuentra después de Lev. 10:1-2.”   Muy cierto, pero la ley, incluyendo Levítico fue escrito después, tal vez años después, de que Moisés hablo los mandamientos a Aarón y sus hijos.  Los sacerdotes sabían los mandamientos de Dios antes de que fueran escritos en el libro de Levítico. 

         Volviendo al “fuego extraño, que él nunca les mandó”  entiendo que Nadab y Abiú usaron fuego de otro lugar, un lugar que Dios nunca les mandó.  Con decir fuego del altar, fuego de otro lugar no es autorizado por Dios.  Si Dios especifica cómo debemos hacer algo, solo tenemos autoridad para hacerlo en esta manera.  “Pero no dice que no. . . “  Ellos tenían autoridad para usar fuego (brasas) del altar pero no tenían autoridad para usar fuego de otro lado. 

         El Espíritu Santo, en Heb. 7:14, dijo: “Porque notorio es que el Señor nuestro nació de la tribu de Judá, sobre cuya tribu nada habló Moisés tocante al sacerdocio.”   Aquí enseña que Jesús es ahora el sumo sacerdote que intercede por nosotros.  Bajo la ley de Moisés, Dios escogió a los del la tribu de Leví, para ser sacerdotes.  Nunca dijo que los de otros tribus no podían ser sacerdotes—solamente dijo que debían salir de la tribu de Leví.  Con decir la tribu de Leví era suficiente, no era necesario enumerar todos las demás tribus que “no podían” ser sacerdotes. 

         Es correcto decir que el silencio de las Escrituras no autoriza nada.  Cuando personas nos dice, “Pero la Biblia no condena música instrumental en el culta a Dios” tienen razón, pero la conclusión que lo sacan no es correcto.  El hecho de que Dios no lo condena tampoco lo aprueba.

Fuente: 

Tol Burk 

jueves, 15 de agosto de 2013

Consejos e InformacionesPrácticas para la Caminata




























El Nombre de la caminata  
Un Cuerpo: todos juntos somos el cuerpo
Un Camino : el trazado por nuestro señor Jesucristo
Un Destino :  el cielo, la eternidad

Lugar, Fecha y Hora de la Caminata
Sábado 31 de agosto 2:30 de la tardes, partiendo desde nuestro local en la C/ Juan de Morfa # 155 esq. Manuel Ubaldo Gomez 

PARA LA CAMINATA NO OLVIDES LLEVAR

*Actitud de celebrar y mostrar la alegria de celebrar 50 años
* Lleva tu gorra ó sombrilla
* Calzados Cómodos
* Si puedes lleva tu agua
* Tu t-shirt conmemorativo ( si no tienes no te quedes)

VEN Y SE PARTE DE ESTA GRAN EXPERIENCIA







domingo, 5 de mayo de 2013

Conociendo el evangelio


Conociendo el evangelio
¡Hay muchas religiones en el mundo. Cada una de éstas proclama ser la mejor. (Si no lo hiciera, difícilmente podría mantener a sus seguidores.) ¿Cómo ingresa la gente en tan diferentes religiones? ¿Podrán escoger cuidadosamente entre tantas y encontrar la mejor?
Para la mayoría de la gente, la Escogencia Múltiple pareciera haber sido hecha por ellos. Nacieron en su grupo religioso. Están manteniendo viejas creencias y tradiciones transmitidas por sus antepasados. Estas creencias son muy respetadas; sin embargo, éstas suelen pertenecer al lugar de nacimiento de uno. ¿Qué pasa si uno ha nacido en un país diferente, con diferentes creencias y tradiciones? También existen ahí otras creencias que serán respetadas grandemente. ¿Las haría esto mejores? ¿Las haría esto verdaderas? Con seguridad existe una mejor manera de saber si una religión es verdadera.
Quizás algunas personas proclamen ser cristianos sólo por las tradiciones de sus padres y de su país. Sin embargo, el verdadero cristianismo - el cristianismo de la Biblia - debería ser seguido por mejores razones. Debería ser seguida porque es verdadero, y porque se puede demostrar que es verdadero. Podemos reconocer la verdad del cristianismo bíblico al considerar sólo cuatro puntos. Cada uno tiene su dirección: de modo que las llamaremos las "cuatro flechas" del cristianismo.
LA FLECHA QUE VUELA HACIA ADELANTE
La primera flecha viaja hacia adelante, hacia el futuro. La Biblia la llama PROFECIA. ¡No hay libro en el mundo como la Biblia! La Biblia de hecho es una gran biblioteca con libros de 40 diferentes escritores. ¿Tuvieron todos estos escritores una gran reunión para decidir acerca de qué iban a escribir? ¿Discutieron sus planes, de modo que de principio a fin sea una sola historia? Ninguna fuera reunión se realizó. Y no podía ocurrir, pues la Biblia fue escrita a través de un período de 1500 años. (La Biblia tiene dos partes principales. A la primera colección de escritos se le llama Antiguo Testamento. La última colección es el Nuevo Testamento). La primera persona que dio leyes en el Antiguo Testamento fue Moisés. Él vivió y escribió 500 años antes de David, el primer escritor que fue rey. David escribió sus famosos salmos, 300 años antes del gran profeta Isaías. Escribió muchas profecías 300 años antes del último profeta del Antiguo Testamento, Malaquías existió 400 años antes de los escritores del Nuevo Testamento, tales como Pedro, Juan y Pablo. ¿Entonces cómo hicieron ellos para que sus escrituras fuesen una historia completa y unida? ¿Cómo es que sus enseñanzas se complementan tan bien? ¡Sólo Dios podría haber planeado y creado un libro que tomó 1500 años en ser completado!
image of scroll
El período histórico de la Biblia es único. Le da una ventaja especial. Los primeros escritores miraron hacia adelante y predijeron lo que sucedería en el futuro. Los últimos escritores vieron esas cosas volverse realidad, y anotaron su cumplimiento. Mire el modo cómo Jesús comienza a dar su mensaje:
"Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios, diciendo: el tiempo se ha cumplido y el reino de Dios se ha acercado; ¡arrepentíos, y creed en el evangelio! (Marcos 1:14-15).
Durante siglos, Dios había hablado a través de los profetas del Antiguo Testamento. Dios había prometido la llegada de su Rey especial (llamado "Mesías", o "Cristo") y su reino. ¡Ahora Jesús anunciaba que el tiempo había llegado para que aquellas promesas fuesen cumplidas! Este mensaje llena tan bien nuestras necesidades que es llamado Evangelio", que significa "Buenas Nuevas".
El Antiguo Testamento tenía varios cientos de profecías acerca del Rey que vendría. El profeta Miqueas, por ejemplo, predijo que este gobernante nacería en la villa donde había vivido David, Belén (Miqueas 5:2). inguno de nosotros escogió dónde iba a nacer. ¿Cómo podría alguien predecir un lugar exacto de nacimiento? Sin embargo, Jesucristo, el Rey, nació en Belén, el lugar exacto marcado por Miqueas 500 años antes. La flecha que había sido lanzada cayó exactamente en el blanco. Cada vez que la Biblia ha lanzado la flecha de la profecía, ésta ha dado en el blanco. Por supuesto, muchas religiones tratan de predecir el futuro. Algunas veces tienen aciertos. El problema es que también han fallado. Cuando las profecías humanas fallan, se demuestra que sus "aciertos" no fueron más que afortunadas coincidencias. El único que no ha adivinado acerca del futuro es Dios. Si nos interesa seriamente aprender acerca de la verdad, este tema de la profecía es importante. Nos da un modo seguro de ver si un mensaje religioso proviene de Dios o no. La flecha de la profecía que todas las veces da en el blanco no es una flecha humana. Pertenece a Dios, que ve el presente, el pasado y el futuro.
LA FLECHA QUE VUELA HACIA ADELANTE
La segunda flecha del Evangelio viaja hacia abajo, hacia la tierra. Las religiones del mundo tratan de escalar hacia Dios (o a alguna idea de perfección). Reconocen que Dios es grande y exaltado. El hombre, por lo tanto, para alcanzar a Dios, debe subir a él de algún modo. La "escalera" hacia arriba tiene muchos peldaños, es decir, muchas reglas y buenas obras que deben ser guardadas. De este modo, la gente trata de hacerse "suficientemente buena" para llegar a la presencia de Dios.
Pero continúan teniendo dos problemas. Primero, tienen poca certeza de que sus reglas sean las correctas. No pueden probar que sus reglas vengan de Dios y conduzcan a Dios. Segundo, la gente continúa cayendo. La escalera es tan alta que tarde o temprano aún los más diestros escaladores resbalan y caen. Ellos continúan rompiendo peldaños (es decir, rompiendo las reglas). Esta escalera de reglas parece ser el único modo de alcanzar a Dios. De modo que ellos continúan intentándolo; y continúan estando lejos de la perfección. Este tipo de religión deja a la gente sintiéndose triste, culpable y alejada de Dios. Este acercamiento a Dios nunca funciona. Existe una prueba simple: Agárrese el pie y trate de levantarse del piso. ¡Inténtelo! Usted nunca podrá levantarse ni siquiera un poquito. Entonces ¿cómo se va a levantar usted mismo hasta el lugar más alto donde está Dios, el cielo?.
El Evangelio es diferente de las religiones humanas. Nos hace reconocer cuán débiles e inútiles somos. Prueba que ninguno de nosotros es "suficientemente bueno" para llegar al Santo y Majestuoso Dios. No podemos llevarnos a nosotros mismos al cielo.
Como está escrito: "No hay justo, ni aun uno; No hay quien entienda, no hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno" (Romanos 3:10-12)..."por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios" (Romanos 3:23).
¡Nuestra única esperanza es que Dios baje y nos salve! ¡Las Buenas Nuevas es que Dios, en su gran misericordia, ha hecho esto! Vino del cielo a la tierra en la forma de "el Hijo", también llamado "el Verbo" Aquí es donde Juan 1:1,14 comienza a decir el Evangelio:
"En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios y el Verbo era Dios...Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y verdad."
Un ángel anunció el nacimiento de Jesús en estas palabras.
"Porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo; que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador que es Cristo el Señor" (Lucas 2:10-11).
Muchísima gente vio las pruebas del Cristo. Importantes testigos les contaron a otros las Buenas Nuevas que el Rey había venido.
"Y todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo" (Hechos 5:42).
"Enseguida predicaba a Cristo en las sinagogas, diciendo que éste era el Hijo de Dios" (Hechos 9:20).
La venida de Jesucristo a este mundo es la flecha que vuela hacia abajo. Ninguna otra religión tiene esa flecha - la venida de Dios como el Hijo en la carne.
A esto algunos replican "Ha sido muy bueno que Dios viniera a visitarnos, porque el Creador puede realmente visitar su creación. Pero, ¿por qué lo hizo en la carne?" Dios como Espíritu no puede morir. Como carne Él podía morir por la humanidad. El Viejo Testamento había preparado a la gente para que viera la necesidad de los sacrificios. Las Leyes de Moisés habían requerido la muerte de los mejores corderos como sacrificio para "quitar los pecados." Así ellos veían como la vida de un inocente era sacrificada para que pudieran ser perdonados los pecadores. Jesús llena esa vieja imagen. Él es el más puro y sin pecado "Cordero de Dios que quita el pecado del mundo" (Juan 1:29). Él fue sacrificado al ser clavado en un "madero". Allí, todos los pecados de todas las personas estuvieron sobre su cuerpo. Allí, Él pagó el castigo total por todos los pecados, para que fuéramos libres de la culpa y el dolor de los pecados. Isaías, setecientos años antes, había predicho este sufrimiento por las "iniquidades" y "transgresiones" (pecados) de la humanidad.
"Más él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre Él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; más el SEÑOR cargó en Él el pecado de todos nosotros" (Isaías 53:5-6).
Pedro, quien vio morir a Jesús, reportó el cumplimiento de la profecía de Isaías.
"Quién llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados" (I Pedro 2:24).
Venimos a él con gran dolor por el sufrimiento que han causado nuestros pecados. Ponemos nuestra confianza en Él, y en el poder de su muerte salvadora. De un modo espiritual, entramos en su muerte. Allí, en su muerte, nuestros pecados son llevados por su sangre preciosa (más acerca de esto en la Lección Dos). Así empezamos una vida nueva llena de gozo y esperanza. La muerte de Cristo nos abre paso a nuestra morada celestial de forma abierta y clara. ¡Estas son realmente Buenas Nuevas! Nuestro acercamiento a Dios no depende de cuán perfectos seamos. En lugar de esto, dependemos de la verdaderamente perfecta - generosidad inagotable, la bondad y fidelidad del Dios eterno (Efesios 2:8-9; I Juan 1:9).
"nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia..." (Tito 3:5).
La flecha que ha venido hacia abajo ha dado en el blanco de la más grande necesidad de hombre - la necesidad de ser perdonado. Ninguna otra religión tiene la misma flecha. ¡Nuestro creador nos ama, y Él ha probado su misericordia por el Salvador que ha venido a rescatarnos!
"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna" (Juan 3:16).

LA FLECHA QUE VUELA HACIA ARRIBA
La tercera flecha del Evangelio viaja hacia arriba, desde la tierra. Todas las religiones del mundo tienen sus grandes héroes. Después de sus muertes esos héroes todavía son honrados. Sus seguidores hicieron grandes peregrinajes para ver los lugares donde vivían sus héroes. Especialmente tratan de visitar el lugar de la sepultura de su líder. Cuando el comunismo era aún popular, miles solían ir a Moscú. Allá descansa el cuerpo de Lenin, el cual parece casi "vivo" en su caja de vidrio sellado. Largas filas de seguidores solían ir a ver y a honrar a Lenin. Sus innumerables y grandes discursos no podían esconder un hecho - su líder estaba muerto. Así es con los grandes hombres del pasado. Están muertos y sepultados. La cristiandad es diferente. Usted puede ir al lugar donde murió Jesús, Jerusalén. Si usted busca la tumba de Jesús, será llevado allá. Pero el cuerpo de Jesús no está en la tumba. ¡Su cuerpo no puede ser hallado en la tierra! ¿Cómo puede ser esto? Cuando uno examina cuidadosamente toda la evidencia, hay una única explicación segura. El cuerpo de Cristo no permaneció en la tumba porque su cuerpo se liberó de la muerte.
"al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fuese retenido por ella" (Hechos 2:24).
Pablo fue uno de los muchos testigos del hecho de que el cuerpo de Jesús estaba vivo después de muerto. Pablo llegó a ser un mensajero especial o apóstol. Él fue "apartado para el Evangelio de Dios - El Evangelio que Él había prometido antes por sus profetas en las Sagradas Escrituras" (Romanos 1:1-2). Todo este Evangelio es acerca del Hijo de Dios:
"(El Evangelio) Acerca de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo que era del linaje de David según la carne, que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos" (Romanos 1:3-4).
Si, Jesús vino de la familia del linaje del Rey David, y así Jesús es completamente humano. Él es algo más que eso. Él es el Hijo de Dios.
¿Cómo sabemos esto? Se probó ser verdadero "por su resurrección de entre los muertos." Ninguna otra religión tiene esta flecha apuntando hacia arriba. La flecha que destruye el poder de la muerte golpea en el mismísimo corazón del mayor temor del hombre. "...Y las vidas (de la gente) eran mantenidas en esclavitud por su temor a la muerte". Ahora la victoria de Jesús sobre la muerte nos libera de ese temor a la muerte (Hebreos 2:15). El Jesús resucitado comparte con nosotros su poder de resurrección (ver Lección 2). Muchas religiones ofrecen alguna forma de "vida eterna" o "celestial". Esto es fácil de ofrecer. Es mucho más difícil probar que la promesa se va a mantener. (La mayoría de las religiones ni siquiera tratan de dar una prueba real). Cristo ha hecho la oferta firme de la vida eterna. Aún más, ¡Él ha probado su poder de dar vida más allá de la muerte!
LA FLECHA QUE VUELA HACIA ATRÁS
La cuarta flecha vuela hacia atrás, hacia el pasado. Los eventos de la muerte, sepultura y resurrección de Jesús se produjeron hace muchos años. Tal vez usted desea saber cómo podemos estar seguros de que sucedieron estas cosas. ¿Cómo sabemos que Jesús realmente murió antes de ser puesto en una tumba? ¿Cómo sabemos que su cuerpo muerto volvió a la vida?
En respuesta piense en cualquier persona importante o evento del pasado. ¿Cómo conoce hechos acerca de esa persona o evento? Usted depende de informes y archivos del pasado. Todo lo que sabemos de historia viene de tales fuentes. Cada día todos nosotros dependemos de tales archivos. Nosotros confiamos en los reportes de aquellos que estaban allí y que vieron lo que sucedió. Los llamamos "testigos presenciales." Los reportes que ellos dieron son llamados "testimonios." Estos son especialmente importantes cuando tratamos de encontrar hechos importantes, tal como una persona cuando está en un juicio. Esta es la misma manera confiable en que sabemos hechos sobre Jesucristo.
Juan, un apóstol, estaba presente en el momento en que murió Jesús. Vio a Jesús respirar su último aliento. Vio al soldado romano hundir profundamente la lanza en el costado de Jesús. Vio sangre y agua salir del cuerpo. Acerca de esto Juan escribió,
"Y el que lo vio da testimonio, y su testimonio es verdadero; y él sabe que dice la verdad, para que vosotros también creáis" (Juan 19:35).
No podría haber ninguna duda que Jesús estaba muerto. Los enemigos de Jesús nunca trataron de decir que no había muerto verdaderamente. Las cruces romanas eran para matar. Hubo muchos testigos que vieron esa muerte en la cruz. Todavía, tres días más tarde, muchos testigos también vieron al mismo Jesús vivo de nuevo. Estuvo entre ellos por un período de cuarenta días (Hechos 1). Permita que miremos uno de los eventos. El Señor que se levantó se mostró a un grupo de sus seguidores. Note cómo se dieron cuenta de que éste era el mismo Jesús que había muerto.
"Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos, vino Jesús, y puesto en medio, les dijo: Paz a vosotros. Y cuando les hubo dicho esto, les mostró las manos y el costado. Y los discípulos se regocijaron viendo al Señor" (Juan 20:19-21).
Más tarde, Tomás, otro seguidor, se negó a creer a aquellos que estaban presentes. Dijo, "si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré".
"Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro y con ellos Tomás. Llegó Jesús, estando las puertas cerradas, y se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros. Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente. Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, Dios mío! Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron y creyeron" (Juan 20:26-29).
Juan nos dijo por qué nos dio este informe:
"Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre" (Juan 20:31).
Los informes y cartas de los testigos y sus ayudantes se llaman el Nuevo Testamento. Examine la vida de los reporteros. Eran el tipo de hombres que se aceptarían gustosamente como testigos en cualquier buena corte. Vea cómo el Nuevo Testamento ha bajado a nosotros. No hay ningún otro libro tan antiguo como éste. Tiene el número más grande de copias viejas. La mejor de éstas copias se remonta cerca del tiempo de los eventos y testigos reales. No había suficiente tiempo para cuentos increíbles o leyendas acerca de Jesús como para que crecieran gradualmente. El Nuevo Testamento es la flecha exacta al pasado, por medio de la cual el conocimiento de Jesús está seguro para todos nosotros. Nadie tiene que suponer sobre cómo prepararse para encontrar a Dios. La "Fe" no tiene que descansar en las tradiciones humanas de un lugar donde nacimos.
Como seguidores de Cristo, nuestra fe es real. Nuestra esperanza es segura.
Porque sabemos que las Buenas Nuevas son verdaderas.

martes, 12 de febrero de 2013

Fue Pedro el primer papa ?

"EL TRONO DE PEDRO ESPERA OTRO PAPA"

Esta es la primera plana de un periódico de circulación nacional..., !conque facilidad se promueve el error!!...
pero fue pedro el primer papa? que dice la biblia acerca de esto? veamos...


¿Fue Pedro un Papa?

Muchos partidarios de la tradición petrina afirman que
Pedro fue establecido y considerado el “primer papa”.
Considere algunos de los argumentos que se presentan
a favor de esta afirmación.

Argumento #1: Pedro recibió las llaves del
reino de los cielos (Mateo 16:19).

Con este enunciado el catolicismo argumenta que
a Pedro se le otorgó poder o autoridad suprema sobre
la iglesia. Aunque el contexto en Mateo no sostiene
tal interpretación, la gente de varias religiones está de
acuerdo que a Pedro se le otorgó “algo especial” que
no se les otorgó a los demás apóstoles. A menudo se
ha malinterpretado este “algo”.
Debemos entender lo que significa el “reino de los
cielos”. Algunas personas han sugerido que esta frase
hace referencia al cielo mismo, y por ende, han representado
a Pedro como aquel que permite o impide
el acceso a la recompensa eterna. Pero esta interpretación
es inconcebible ya que se encuentra en cruda
oposición con el contexto de este pasaje. Al leer Mateo
16:18, entendemos que el tema bajo consideración
no es el cielo mismo, sino la iglesia. Por tanto, Jesús
habló de la iglesia como el reino de los cielos. Esto no
solamente es evidente por Mateo 16:18, sino también se
enseña en muchos otros pasajes del Nuevo Testamento
(e.g., Marcos 9:1; Colosenses 1:13; 1 Tesalonicenses
2:12; Hebreos 12:28).
Además, necesitamos entender la naturaleza de las
“llaves” que Pedro recibió. H. Leo Boles escribió, “Usar
las llaves era abrir la puerta o dar los términos de entrada
al reino de Dios” (1999, p. 266). En otras palabras, a
causa de la confesión de Pedro acerca de Jesús (Mateo
16:16), Jesús le dio el privilegio de ser el primer hombre
en enseñar a las almas perdidas cómo llegar a ser
cristianas y por ende ser parte de la iglesia del Señor.
Barnes lo expresó de esta manera:
Por tanto, cuando el Salvador dice que dará a Pedro las
llaves del reino de los cielos, quiere decir que le hará el
instrumento para abrir la puerta de la fe al mundo—el
primero en predicar el evangelio a los judíos y a los
gentiles” (2005a, p. 171, itálicas en original).
No cabe duda que las “llaves” representan las oportunidades
que Pedro tendría de dar la bienvenida al
mundo, por primera vez, a la era cristiana y al reino de
los cielos—la iglesia.
También debemos averiguar cuándo Pedro usó las
“llaves”. La declaración de Jesús fue presentada en forma
profética. Pedro tendría la oportunidad de abrir las puertas
de la iglesia en el futuro. La Biblia muestra claramente
el cumplimiento de esta profecía en Hechos 2. Pedro,
lleno del Espíritu Santo como los demás apóstoles (2:4),
se puso de pie y dio el primer sermón registrado del
Evangelio después de la resurrección de Jesús (2:14-38).
Fue en ese momento que las palabras de Jesús se cumplieron.
Debido a la predicación de Pedro y los demás
apóstoles, 3,000 judíos (cf. 2:5) fueron bautizados en
Cristo e ingresaron por las puertas abiertas de la iglesia
(2:41-47). No obstante, la iglesia estaría compuesta no
solamente de judíos, sino también de gentiles. Hechos
10 narra que Pedro abrió las puertas de la iglesia para
los gentiles, de la misma manera que abrió las puertas
de la iglesia para los judíos. Esto fue el “algo especial”
que Pedro recibió a causa de su confesión—el privilegio
de ser el primero en predicar el Evangelio (después de
la resurrección de Cristo) a judíos y gentiles.
Pedro abrió las puertas de la iglesia, y desde entonces
las puertas de la iglesia han permanecido abiertas. Solo
Pedro recibió este privilegio. Jesús dijo: “Y a ti [Pedro]
te daré las llaves del reino de los cielos” (Mateo 16:19,
énfasis añadido). No existen personajes, tales como
papas, abriendo y cerrando las puertas de la iglesia.
Argumento #2: Pedro recibió el poder de
atar y desatar (Mateo 16:19).
Con este argumento el catolicismo afirma dos cosas
concernientes a Pedro: (1) que él recibió la autoridad
de perdonar pecados; y (2) que Jesús consideró como
aprobado, autoritativo y bueno cualquier cosa que él
haría con Su iglesia. En otras palabras, Jesús le dio el
don de la “infalibilidad”.
Para analizar lo que Jesús dijo acerca de Pedro, otra
vez debemos tener en cuenta que el contexto de Mateo
16:19 está firmemente ligado al tema de la iglesia,
y no al perdón de pecados o a la concesión de alguna
clase de infalibilidad en asuntos doctrinales. Un texto
bíblico que puede ayudarnos a entender Mateo 16:19
es Mateo 18:18, donde Jesús hizo la misma promesa
a todos Sus apóstoles. Él dijo: “De cierto os digo que
todo lo que atéis en la tierra será atado en el cielo; y
todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en los
cielos”. De este texto, Boles ha señalado: “Este es el
mismo pensamiento encontrado en Mateo 16:19.
Esto muestra que tiene una aplicación más amplia que
la disciplina de un hermano errante. El Espíritu Santo
guiaría a los apóstoles en su instrucción al hermano
errante y a la iglesia” (1999, p. 288, énfasis añadido).
Así que en Su declaración en Mateo 16:19, Jesús estaba
afirmando que las condiciones del sistema cristiano que
Pedro y los demás apóstoles expondrían ya habían sido
requeridas por el Cielo.
La gramática griega de estos versículos aclara el
significado del enunciado de Jesús. A.T. Robertson ha
anotado que “[e]l futuro perfecto pasivo ocurre en el N.T.
solamente en la forma perifrástica en tales ejemplos como
Mateo 16:19 y Mateo 18:18” (1934, p. 361). Por tanto, el
texto debería leerse: “y todo lo que atares en la tierra
habrá sido atado en los cielos, y todo lo que desatares
en la tierra habrá sido desatado en los cielos”. Al decir
esto, Jesús aseveraba que las resoluciones en la Tierra
estaban sujetas a las decisiones hechas en el cielo. Los
apóstoles enseñarían de acuerdo con lo que ya había
sido atado o desatado en el cielo. Esto no se basaba en
la infalibilidad de un hombre, sino en la infalibilidad del
Espíritu Santo prometido a los apóstoles en el primer
siglo (Juan 16:13; cf. Mateo 10:19-20). Hoy tenemos las
enseñanzas inspiradas e infalibles del Espíritu Santo en
la Biblia (2 Timoteo 3:16-17).
Jesús nunca instituyó a Pedro como papa. Los títulos
“Papa”, “Pastor Universal”, “Cabeza Terrenal de la Iglesia”,
“Pontífice” y otros, nunca salieron de la boca de Jesús
para describir a Pedro. Independientemente de los
privilegios otorgados a Pedro, su autoridad y derechos
fueron la misma autoridad y derechos concedidos a los
demás apóstoles del Señor (cf. 1 Corintios 9:1-5; 12:28;
2 Corintios 11:5; 12:11; Gálatas 2:8).



miércoles, 6 de febrero de 2013

Vestimentas de las Cristianas

¿Qué dice la Biblia acerca del vestuario de la mujer cristiana?
Respuesta:
En primer lugar es muy importante que entendamos que Dios está mucho más interesado en el corazón del individuo que en su forma de vestirse: “porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón” (1 Samuel 16:7). La Biblia rechaza a aquellos que “se glorían en las apariencias y no en el corazón” (II Corintios 5:12). Y la Palabra de Dios también nos exhorta: “No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio” (Juan 7:24).
Por tanto, no podemos gloriarnos en nuestra santidad sobre la base del vestuario que nos ponemos ni podemos condenar a otro simplemente basándose en su modo de vestir.
PERO esto no quiere decir que la forma de vestir no tenga ninguna importancia. Jehová mismo se encargó de hacer túnicas de pieles para Adán y Eva después que hubieran pecado y llegado a saber el bien y el mal (Génesis 3:21). De esta manera señala la necesidad de cubrir su desnudez. NO ES LICITO que el cuerpo de uno quede descubierto a vista del público. Dios quiere que nos cubramos con nuestro vestuario (hombres y mujeres). Vale la pena notar que la “túnica” conque Dios los vistió a ambos se refriere un vestido largo que llegó al menos hasta las rodillas del individuo.
A través de los siglos diferentes vestuarios han tenido diferentes significados (de un lugar a otro y de una generación a otra). La Biblia nos revela que en un tiempo cierto vestuario señalaba a la ramera (Proverbios 7:10). Génesis 38:14 nos revela que Tamar estaba vestida con “los vestidos de su viudez” – cierto vestuario llevado por las viudas de aquella región y tiempo. Luego se los quitó y se puso otros vestidos para que Judá creyera que era una ramera. TAMBIÉN había cierta ropa que distinguía a los sacerdotes bajo el Antiguo Pacto (Éxodo 28:2 y muchos otros textos). El cilicio (un vestuario muy rudo) era señal de luto y también de arrepentimiento (II Samuel 3:31; Mateo 11:21). Mateo 21:11 hace referencia a la costumbre de un vestido de boda. Así que aprendemos que cierto vestuario en diferentes épocas, culturas y lugares puede tener un significado especial ante los ojos del pueblo. Naturalmente la cristiana debe evitar la apariencia de la maldad en estas cosas (que cambian de un lugar para otro y de una generación para otra).
Ya que cierto vestuario puede tener un significado especial, nos debemos preguntar si la cristiana (o el cristiano) debe llevar un vestuario especial para darse a conocer como seguidor de Cristo y así distinguirse del mundo. La respuesta es SI, pero no es un vestido especial en el sentido material. La cristiana debe vestirse de “un espíritu afable y apacible” y “con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad” (1ª Pedro 3:4; 1ª Timoteo 2:10). Según la Biblia la manera en que la cristiana debe distinguirse del mundo no es con un vestuario especial sino con sus HECHOS y sus ACTITUDES CRISTIANAS.
La Palabra de Dios no señala que la mujer puede llevar cierto vestuario y otro no. El deseo de algunos predicadores de establecer ciertos reglamentos específicos en cuanto al vestuario de la mujer es INCORRECTO. No tenemos derecho de establecer una ley que Dios no ha establecido ni de convertir nuestra propia opinión en ley para los demás.
PERO la Biblia no nos ha dejado sin guía en este asunto del vestuario de la mujer. Hay algunos principios que debemos entender. Estos son principios fundamentales en los cuales tenemos que basar nuestras decisiones en cuanto a cuales vestiduras son apropiadas y cuales no para una persona que sigue a Cristo. Las bases se encuentran en 1ª Timoteo 2:9, 10; 1ª Pedro 3:3-6.
(1) El atavío de la mujer debe ser BIEN ORDENADO (“se atavíen de ropa decorosa”). La ropa es para CUBRIR y DECORAR el cuerpo. No es incorrecto vestirse con este propósito. Pero la mujer debe entender que el vestuario NO ES PARA REVELAR EL CUERPO sino para DECORARLO.
(1) El atavío de la mujer debe ser DISCRETO (“pudor”). La mujer debe ser honesta y casta en su forma de vestir. Debe sentir vergüenza al contemplar un vestido que llama la atención a su cuerpo. Tiene que aprender a ser sensible a lo impuro o deshonrado. La mujer cristiana debe estar consciente de su capacidad de servir como tentación para el varón si no tiene cuidado en su modo de vestir (vea Mateo 18:6-9). Por supuesto una mujer que tiene un corazón lleno de PUDOR no quiere llamar la atención a su cuerpo. (Vale la pena notar que hay hombres que buscan la tentación. En estos casos la encontrarán A PESAR del vestuario discreto de la mujer NO POR CAUSA de ello.)
(1) El atavío de la mujer debe ser MODERADO y sabio (“modestia”). La modestia es la sanidad de mente que domina los deseos desordenados y todas acciones. Hay que EVITAR LOS EXTREMOS en el atavío. Fíjese que lo que el Espíritu Santo condena no es el peinado sino LO OSTENTOSO. No condena las riquezas sino EL ORGULLO y EL ÉNFASIS que se da a las riquezas materiales: la vanidad. La mujer no debe tratar de llamarse la atención ni ganar fama por llevar vestidos lujosos.
ESTOS SON LOS PRINCIPIOS que debemos enseñar y que las cristianas deben poner en práctica. Si logramos estos cambios internos en nuestras hermanas en vez de tratar de imponer ciertas leyes y restricciones que la Biblia no impone, realmente les habremos ayudado a CRECER ESPIRITUALMENTE y SU EJEMPLO servirá para glorificar a Dios. De otra manera corremos el riesgo que ellas se sujeten a nosotros y a nuestras opiniones sin que realmente haya cambio en lo más importante: El corazón. Una mujer que haya aceptado estos principios bíblicos se vestirá de una manera que no servirá de tropiezo para ninguno.
Hay otro texto que frecuentemente se menciona al estudiar este tema. Deuteronomio 22:5 se ha citado mucho para probar que la mujer no debe vestir pantalón. “No vestirá la mujer traje de hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer; porque abominación es a Jehová tu Dios cualquiera que esto hace.” PERO si analizamos bien el caso, no estaba hablando del pantalón. Ni los hombres vestían pantalón en aquel tiempo sino que tanto los hombres como las mujeres vestían la túnica. Realmente estaban un poco parecidas las vestiduras de hombre y mujer – PERO NO ERAN IGUALES. Había una distinción entre hombre y mujer en su vestuario y Dios quería que entendieran que Él aborrece cualquier intento de hacerse pasar por persona del sexo opuesto (como los homosexuales modernos). Si aplicáramos el principio de Deuteronomio 22:5 al pantalón moderno sería que la mujer no debe vestir pantalón de hombre ni el hombre pantalón de mujer. El pantalón de la mujer es diferente del pantalón del hombre y así debe ser. Pero lo que yo me pregunto a veces es esto: ¿Por qué estas personas que se oponen con tanta vehemencia al pantalón en la mujer no se oponen a la camisa que lleva el hombre que es casi igual a la blusa de la mujer? ¿Verdad que sería ridículo?
En lo personal, quizá prefiero que la mujer no se vista de pantalón, pero esto no me da el derecho de insistir en que todos acepten mi preferencia personal. Por supuesto el pantalón, la blusa, el traje o cualquiera vestidura pudiera ser pecado si no cumpliera con los requisitos o principios fundamentales que ya estudiamos. Un pantalón muy apretado (de varón o mujer) que revela en vez de cubrir el cuerpo debe ser desechado por cristianos. Pero decir que el pantalón en sí es pecado es simplemente ir más allá de lo que está escrito.

Contactanos


Iglesia de Cristo en Villa Consuelo

C/ Juan de Morfa esq. Manuel Ubaldo Gomez, Apdo. A

Telefono:   809 333-7698 / 809 918-6988 / 809 685-8880
Contacto:  Anderson Capellan
e-mail:       acapellan44@hotmail.com
                  confraternidad.comision@hotmail.com
                  iglesiadecristovillaconsuelo@gmail.com


Siguenos en feacebook


Horarios:
Domingos, 5:00pm, Miércoles. y viernes 7:00pm

Programa de actividades: Favor llamar o escribirnos para informarle sobre nuestro programa de actividades.
Esperamos su visita...

Pulsa este enlace para ver nuestra ubicación en google map 
http://goo.gl/maps/nPMMI