jueves, 15 de agosto de 2013

Consejos e InformacionesPrácticas para la Caminata




























El Nombre de la caminata  
Un Cuerpo: todos juntos somos el cuerpo
Un Camino : el trazado por nuestro señor Jesucristo
Un Destino :  el cielo, la eternidad

Lugar, Fecha y Hora de la Caminata
Sábado 31 de agosto 2:30 de la tardes, partiendo desde nuestro local en la C/ Juan de Morfa # 155 esq. Manuel Ubaldo Gomez 

PARA LA CAMINATA NO OLVIDES LLEVAR

*Actitud de celebrar y mostrar la alegria de celebrar 50 años
* Lleva tu gorra ó sombrilla
* Calzados Cómodos
* Si puedes lleva tu agua
* Tu t-shirt conmemorativo ( si no tienes no te quedes)

VEN Y SE PARTE DE ESTA GRAN EXPERIENCIA







domingo, 5 de mayo de 2013

Conociendo el evangelio


Conociendo el evangelio
¡Hay muchas religiones en el mundo. Cada una de éstas proclama ser la mejor. (Si no lo hiciera, difícilmente podría mantener a sus seguidores.) ¿Cómo ingresa la gente en tan diferentes religiones? ¿Podrán escoger cuidadosamente entre tantas y encontrar la mejor?
Para la mayoría de la gente, la Escogencia Múltiple pareciera haber sido hecha por ellos. Nacieron en su grupo religioso. Están manteniendo viejas creencias y tradiciones transmitidas por sus antepasados. Estas creencias son muy respetadas; sin embargo, éstas suelen pertenecer al lugar de nacimiento de uno. ¿Qué pasa si uno ha nacido en un país diferente, con diferentes creencias y tradiciones? También existen ahí otras creencias que serán respetadas grandemente. ¿Las haría esto mejores? ¿Las haría esto verdaderas? Con seguridad existe una mejor manera de saber si una religión es verdadera.
Quizás algunas personas proclamen ser cristianos sólo por las tradiciones de sus padres y de su país. Sin embargo, el verdadero cristianismo - el cristianismo de la Biblia - debería ser seguido por mejores razones. Debería ser seguida porque es verdadero, y porque se puede demostrar que es verdadero. Podemos reconocer la verdad del cristianismo bíblico al considerar sólo cuatro puntos. Cada uno tiene su dirección: de modo que las llamaremos las "cuatro flechas" del cristianismo.
LA FLECHA QUE VUELA HACIA ADELANTE
La primera flecha viaja hacia adelante, hacia el futuro. La Biblia la llama PROFECIA. ¡No hay libro en el mundo como la Biblia! La Biblia de hecho es una gran biblioteca con libros de 40 diferentes escritores. ¿Tuvieron todos estos escritores una gran reunión para decidir acerca de qué iban a escribir? ¿Discutieron sus planes, de modo que de principio a fin sea una sola historia? Ninguna fuera reunión se realizó. Y no podía ocurrir, pues la Biblia fue escrita a través de un período de 1500 años. (La Biblia tiene dos partes principales. A la primera colección de escritos se le llama Antiguo Testamento. La última colección es el Nuevo Testamento). La primera persona que dio leyes en el Antiguo Testamento fue Moisés. Él vivió y escribió 500 años antes de David, el primer escritor que fue rey. David escribió sus famosos salmos, 300 años antes del gran profeta Isaías. Escribió muchas profecías 300 años antes del último profeta del Antiguo Testamento, Malaquías existió 400 años antes de los escritores del Nuevo Testamento, tales como Pedro, Juan y Pablo. ¿Entonces cómo hicieron ellos para que sus escrituras fuesen una historia completa y unida? ¿Cómo es que sus enseñanzas se complementan tan bien? ¡Sólo Dios podría haber planeado y creado un libro que tomó 1500 años en ser completado!
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El período histórico de la Biblia es único. Le da una ventaja especial. Los primeros escritores miraron hacia adelante y predijeron lo que sucedería en el futuro. Los últimos escritores vieron esas cosas volverse realidad, y anotaron su cumplimiento. Mire el modo cómo Jesús comienza a dar su mensaje:
"Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios, diciendo: el tiempo se ha cumplido y el reino de Dios se ha acercado; ¡arrepentíos, y creed en el evangelio! (Marcos 1:14-15).
Durante siglos, Dios había hablado a través de los profetas del Antiguo Testamento. Dios había prometido la llegada de su Rey especial (llamado "Mesías", o "Cristo") y su reino. ¡Ahora Jesús anunciaba que el tiempo había llegado para que aquellas promesas fuesen cumplidas! Este mensaje llena tan bien nuestras necesidades que es llamado Evangelio", que significa "Buenas Nuevas".
El Antiguo Testamento tenía varios cientos de profecías acerca del Rey que vendría. El profeta Miqueas, por ejemplo, predijo que este gobernante nacería en la villa donde había vivido David, Belén (Miqueas 5:2). inguno de nosotros escogió dónde iba a nacer. ¿Cómo podría alguien predecir un lugar exacto de nacimiento? Sin embargo, Jesucristo, el Rey, nació en Belén, el lugar exacto marcado por Miqueas 500 años antes. La flecha que había sido lanzada cayó exactamente en el blanco. Cada vez que la Biblia ha lanzado la flecha de la profecía, ésta ha dado en el blanco. Por supuesto, muchas religiones tratan de predecir el futuro. Algunas veces tienen aciertos. El problema es que también han fallado. Cuando las profecías humanas fallan, se demuestra que sus "aciertos" no fueron más que afortunadas coincidencias. El único que no ha adivinado acerca del futuro es Dios. Si nos interesa seriamente aprender acerca de la verdad, este tema de la profecía es importante. Nos da un modo seguro de ver si un mensaje religioso proviene de Dios o no. La flecha de la profecía que todas las veces da en el blanco no es una flecha humana. Pertenece a Dios, que ve el presente, el pasado y el futuro.
LA FLECHA QUE VUELA HACIA ADELANTE
La segunda flecha del Evangelio viaja hacia abajo, hacia la tierra. Las religiones del mundo tratan de escalar hacia Dios (o a alguna idea de perfección). Reconocen que Dios es grande y exaltado. El hombre, por lo tanto, para alcanzar a Dios, debe subir a él de algún modo. La "escalera" hacia arriba tiene muchos peldaños, es decir, muchas reglas y buenas obras que deben ser guardadas. De este modo, la gente trata de hacerse "suficientemente buena" para llegar a la presencia de Dios.
Pero continúan teniendo dos problemas. Primero, tienen poca certeza de que sus reglas sean las correctas. No pueden probar que sus reglas vengan de Dios y conduzcan a Dios. Segundo, la gente continúa cayendo. La escalera es tan alta que tarde o temprano aún los más diestros escaladores resbalan y caen. Ellos continúan rompiendo peldaños (es decir, rompiendo las reglas). Esta escalera de reglas parece ser el único modo de alcanzar a Dios. De modo que ellos continúan intentándolo; y continúan estando lejos de la perfección. Este tipo de religión deja a la gente sintiéndose triste, culpable y alejada de Dios. Este acercamiento a Dios nunca funciona. Existe una prueba simple: Agárrese el pie y trate de levantarse del piso. ¡Inténtelo! Usted nunca podrá levantarse ni siquiera un poquito. Entonces ¿cómo se va a levantar usted mismo hasta el lugar más alto donde está Dios, el cielo?.
El Evangelio es diferente de las religiones humanas. Nos hace reconocer cuán débiles e inútiles somos. Prueba que ninguno de nosotros es "suficientemente bueno" para llegar al Santo y Majestuoso Dios. No podemos llevarnos a nosotros mismos al cielo.
Como está escrito: "No hay justo, ni aun uno; No hay quien entienda, no hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno" (Romanos 3:10-12)..."por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios" (Romanos 3:23).
¡Nuestra única esperanza es que Dios baje y nos salve! ¡Las Buenas Nuevas es que Dios, en su gran misericordia, ha hecho esto! Vino del cielo a la tierra en la forma de "el Hijo", también llamado "el Verbo" Aquí es donde Juan 1:1,14 comienza a decir el Evangelio:
"En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios y el Verbo era Dios...Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y verdad."
Un ángel anunció el nacimiento de Jesús en estas palabras.
"Porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo; que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador que es Cristo el Señor" (Lucas 2:10-11).
Muchísima gente vio las pruebas del Cristo. Importantes testigos les contaron a otros las Buenas Nuevas que el Rey había venido.
"Y todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo" (Hechos 5:42).
"Enseguida predicaba a Cristo en las sinagogas, diciendo que éste era el Hijo de Dios" (Hechos 9:20).
La venida de Jesucristo a este mundo es la flecha que vuela hacia abajo. Ninguna otra religión tiene esa flecha - la venida de Dios como el Hijo en la carne.
A esto algunos replican "Ha sido muy bueno que Dios viniera a visitarnos, porque el Creador puede realmente visitar su creación. Pero, ¿por qué lo hizo en la carne?" Dios como Espíritu no puede morir. Como carne Él podía morir por la humanidad. El Viejo Testamento había preparado a la gente para que viera la necesidad de los sacrificios. Las Leyes de Moisés habían requerido la muerte de los mejores corderos como sacrificio para "quitar los pecados." Así ellos veían como la vida de un inocente era sacrificada para que pudieran ser perdonados los pecadores. Jesús llena esa vieja imagen. Él es el más puro y sin pecado "Cordero de Dios que quita el pecado del mundo" (Juan 1:29). Él fue sacrificado al ser clavado en un "madero". Allí, todos los pecados de todas las personas estuvieron sobre su cuerpo. Allí, Él pagó el castigo total por todos los pecados, para que fuéramos libres de la culpa y el dolor de los pecados. Isaías, setecientos años antes, había predicho este sufrimiento por las "iniquidades" y "transgresiones" (pecados) de la humanidad.
"Más él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre Él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; más el SEÑOR cargó en Él el pecado de todos nosotros" (Isaías 53:5-6).
Pedro, quien vio morir a Jesús, reportó el cumplimiento de la profecía de Isaías.
"Quién llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados" (I Pedro 2:24).
Venimos a él con gran dolor por el sufrimiento que han causado nuestros pecados. Ponemos nuestra confianza en Él, y en el poder de su muerte salvadora. De un modo espiritual, entramos en su muerte. Allí, en su muerte, nuestros pecados son llevados por su sangre preciosa (más acerca de esto en la Lección Dos). Así empezamos una vida nueva llena de gozo y esperanza. La muerte de Cristo nos abre paso a nuestra morada celestial de forma abierta y clara. ¡Estas son realmente Buenas Nuevas! Nuestro acercamiento a Dios no depende de cuán perfectos seamos. En lugar de esto, dependemos de la verdaderamente perfecta - generosidad inagotable, la bondad y fidelidad del Dios eterno (Efesios 2:8-9; I Juan 1:9).
"nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia..." (Tito 3:5).
La flecha que ha venido hacia abajo ha dado en el blanco de la más grande necesidad de hombre - la necesidad de ser perdonado. Ninguna otra religión tiene la misma flecha. ¡Nuestro creador nos ama, y Él ha probado su misericordia por el Salvador que ha venido a rescatarnos!
"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna" (Juan 3:16).

LA FLECHA QUE VUELA HACIA ARRIBA
La tercera flecha del Evangelio viaja hacia arriba, desde la tierra. Todas las religiones del mundo tienen sus grandes héroes. Después de sus muertes esos héroes todavía son honrados. Sus seguidores hicieron grandes peregrinajes para ver los lugares donde vivían sus héroes. Especialmente tratan de visitar el lugar de la sepultura de su líder. Cuando el comunismo era aún popular, miles solían ir a Moscú. Allá descansa el cuerpo de Lenin, el cual parece casi "vivo" en su caja de vidrio sellado. Largas filas de seguidores solían ir a ver y a honrar a Lenin. Sus innumerables y grandes discursos no podían esconder un hecho - su líder estaba muerto. Así es con los grandes hombres del pasado. Están muertos y sepultados. La cristiandad es diferente. Usted puede ir al lugar donde murió Jesús, Jerusalén. Si usted busca la tumba de Jesús, será llevado allá. Pero el cuerpo de Jesús no está en la tumba. ¡Su cuerpo no puede ser hallado en la tierra! ¿Cómo puede ser esto? Cuando uno examina cuidadosamente toda la evidencia, hay una única explicación segura. El cuerpo de Cristo no permaneció en la tumba porque su cuerpo se liberó de la muerte.
"al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fuese retenido por ella" (Hechos 2:24).
Pablo fue uno de los muchos testigos del hecho de que el cuerpo de Jesús estaba vivo después de muerto. Pablo llegó a ser un mensajero especial o apóstol. Él fue "apartado para el Evangelio de Dios - El Evangelio que Él había prometido antes por sus profetas en las Sagradas Escrituras" (Romanos 1:1-2). Todo este Evangelio es acerca del Hijo de Dios:
"(El Evangelio) Acerca de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo que era del linaje de David según la carne, que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos" (Romanos 1:3-4).
Si, Jesús vino de la familia del linaje del Rey David, y así Jesús es completamente humano. Él es algo más que eso. Él es el Hijo de Dios.
¿Cómo sabemos esto? Se probó ser verdadero "por su resurrección de entre los muertos." Ninguna otra religión tiene esta flecha apuntando hacia arriba. La flecha que destruye el poder de la muerte golpea en el mismísimo corazón del mayor temor del hombre. "...Y las vidas (de la gente) eran mantenidas en esclavitud por su temor a la muerte". Ahora la victoria de Jesús sobre la muerte nos libera de ese temor a la muerte (Hebreos 2:15). El Jesús resucitado comparte con nosotros su poder de resurrección (ver Lección 2). Muchas religiones ofrecen alguna forma de "vida eterna" o "celestial". Esto es fácil de ofrecer. Es mucho más difícil probar que la promesa se va a mantener. (La mayoría de las religiones ni siquiera tratan de dar una prueba real). Cristo ha hecho la oferta firme de la vida eterna. Aún más, ¡Él ha probado su poder de dar vida más allá de la muerte!
LA FLECHA QUE VUELA HACIA ATRÁS
La cuarta flecha vuela hacia atrás, hacia el pasado. Los eventos de la muerte, sepultura y resurrección de Jesús se produjeron hace muchos años. Tal vez usted desea saber cómo podemos estar seguros de que sucedieron estas cosas. ¿Cómo sabemos que Jesús realmente murió antes de ser puesto en una tumba? ¿Cómo sabemos que su cuerpo muerto volvió a la vida?
En respuesta piense en cualquier persona importante o evento del pasado. ¿Cómo conoce hechos acerca de esa persona o evento? Usted depende de informes y archivos del pasado. Todo lo que sabemos de historia viene de tales fuentes. Cada día todos nosotros dependemos de tales archivos. Nosotros confiamos en los reportes de aquellos que estaban allí y que vieron lo que sucedió. Los llamamos "testigos presenciales." Los reportes que ellos dieron son llamados "testimonios." Estos son especialmente importantes cuando tratamos de encontrar hechos importantes, tal como una persona cuando está en un juicio. Esta es la misma manera confiable en que sabemos hechos sobre Jesucristo.
Juan, un apóstol, estaba presente en el momento en que murió Jesús. Vio a Jesús respirar su último aliento. Vio al soldado romano hundir profundamente la lanza en el costado de Jesús. Vio sangre y agua salir del cuerpo. Acerca de esto Juan escribió,
"Y el que lo vio da testimonio, y su testimonio es verdadero; y él sabe que dice la verdad, para que vosotros también creáis" (Juan 19:35).
No podría haber ninguna duda que Jesús estaba muerto. Los enemigos de Jesús nunca trataron de decir que no había muerto verdaderamente. Las cruces romanas eran para matar. Hubo muchos testigos que vieron esa muerte en la cruz. Todavía, tres días más tarde, muchos testigos también vieron al mismo Jesús vivo de nuevo. Estuvo entre ellos por un período de cuarenta días (Hechos 1). Permita que miremos uno de los eventos. El Señor que se levantó se mostró a un grupo de sus seguidores. Note cómo se dieron cuenta de que éste era el mismo Jesús que había muerto.
"Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos, vino Jesús, y puesto en medio, les dijo: Paz a vosotros. Y cuando les hubo dicho esto, les mostró las manos y el costado. Y los discípulos se regocijaron viendo al Señor" (Juan 20:19-21).
Más tarde, Tomás, otro seguidor, se negó a creer a aquellos que estaban presentes. Dijo, "si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré".
"Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro y con ellos Tomás. Llegó Jesús, estando las puertas cerradas, y se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros. Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente. Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, Dios mío! Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron y creyeron" (Juan 20:26-29).
Juan nos dijo por qué nos dio este informe:
"Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre" (Juan 20:31).
Los informes y cartas de los testigos y sus ayudantes se llaman el Nuevo Testamento. Examine la vida de los reporteros. Eran el tipo de hombres que se aceptarían gustosamente como testigos en cualquier buena corte. Vea cómo el Nuevo Testamento ha bajado a nosotros. No hay ningún otro libro tan antiguo como éste. Tiene el número más grande de copias viejas. La mejor de éstas copias se remonta cerca del tiempo de los eventos y testigos reales. No había suficiente tiempo para cuentos increíbles o leyendas acerca de Jesús como para que crecieran gradualmente. El Nuevo Testamento es la flecha exacta al pasado, por medio de la cual el conocimiento de Jesús está seguro para todos nosotros. Nadie tiene que suponer sobre cómo prepararse para encontrar a Dios. La "Fe" no tiene que descansar en las tradiciones humanas de un lugar donde nacimos.
Como seguidores de Cristo, nuestra fe es real. Nuestra esperanza es segura.
Porque sabemos que las Buenas Nuevas son verdaderas.

martes, 12 de febrero de 2013

Fue Pedro el primer papa ?

"EL TRONO DE PEDRO ESPERA OTRO PAPA"

Esta es la primera plana de un periódico de circulación nacional..., !conque facilidad se promueve el error!!...
pero fue pedro el primer papa? que dice la biblia acerca de esto? veamos...


¿Fue Pedro un Papa?

Muchos partidarios de la tradición petrina afirman que
Pedro fue establecido y considerado el “primer papa”.
Considere algunos de los argumentos que se presentan
a favor de esta afirmación.

Argumento #1: Pedro recibió las llaves del
reino de los cielos (Mateo 16:19).

Con este enunciado el catolicismo argumenta que
a Pedro se le otorgó poder o autoridad suprema sobre
la iglesia. Aunque el contexto en Mateo no sostiene
tal interpretación, la gente de varias religiones está de
acuerdo que a Pedro se le otorgó “algo especial” que
no se les otorgó a los demás apóstoles. A menudo se
ha malinterpretado este “algo”.
Debemos entender lo que significa el “reino de los
cielos”. Algunas personas han sugerido que esta frase
hace referencia al cielo mismo, y por ende, han representado
a Pedro como aquel que permite o impide
el acceso a la recompensa eterna. Pero esta interpretación
es inconcebible ya que se encuentra en cruda
oposición con el contexto de este pasaje. Al leer Mateo
16:18, entendemos que el tema bajo consideración
no es el cielo mismo, sino la iglesia. Por tanto, Jesús
habló de la iglesia como el reino de los cielos. Esto no
solamente es evidente por Mateo 16:18, sino también se
enseña en muchos otros pasajes del Nuevo Testamento
(e.g., Marcos 9:1; Colosenses 1:13; 1 Tesalonicenses
2:12; Hebreos 12:28).
Además, necesitamos entender la naturaleza de las
“llaves” que Pedro recibió. H. Leo Boles escribió, “Usar
las llaves era abrir la puerta o dar los términos de entrada
al reino de Dios” (1999, p. 266). En otras palabras, a
causa de la confesión de Pedro acerca de Jesús (Mateo
16:16), Jesús le dio el privilegio de ser el primer hombre
en enseñar a las almas perdidas cómo llegar a ser
cristianas y por ende ser parte de la iglesia del Señor.
Barnes lo expresó de esta manera:
Por tanto, cuando el Salvador dice que dará a Pedro las
llaves del reino de los cielos, quiere decir que le hará el
instrumento para abrir la puerta de la fe al mundo—el
primero en predicar el evangelio a los judíos y a los
gentiles” (2005a, p. 171, itálicas en original).
No cabe duda que las “llaves” representan las oportunidades
que Pedro tendría de dar la bienvenida al
mundo, por primera vez, a la era cristiana y al reino de
los cielos—la iglesia.
También debemos averiguar cuándo Pedro usó las
“llaves”. La declaración de Jesús fue presentada en forma
profética. Pedro tendría la oportunidad de abrir las puertas
de la iglesia en el futuro. La Biblia muestra claramente
el cumplimiento de esta profecía en Hechos 2. Pedro,
lleno del Espíritu Santo como los demás apóstoles (2:4),
se puso de pie y dio el primer sermón registrado del
Evangelio después de la resurrección de Jesús (2:14-38).
Fue en ese momento que las palabras de Jesús se cumplieron.
Debido a la predicación de Pedro y los demás
apóstoles, 3,000 judíos (cf. 2:5) fueron bautizados en
Cristo e ingresaron por las puertas abiertas de la iglesia
(2:41-47). No obstante, la iglesia estaría compuesta no
solamente de judíos, sino también de gentiles. Hechos
10 narra que Pedro abrió las puertas de la iglesia para
los gentiles, de la misma manera que abrió las puertas
de la iglesia para los judíos. Esto fue el “algo especial”
que Pedro recibió a causa de su confesión—el privilegio
de ser el primero en predicar el Evangelio (después de
la resurrección de Cristo) a judíos y gentiles.
Pedro abrió las puertas de la iglesia, y desde entonces
las puertas de la iglesia han permanecido abiertas. Solo
Pedro recibió este privilegio. Jesús dijo: “Y a ti [Pedro]
te daré las llaves del reino de los cielos” (Mateo 16:19,
énfasis añadido). No existen personajes, tales como
papas, abriendo y cerrando las puertas de la iglesia.
Argumento #2: Pedro recibió el poder de
atar y desatar (Mateo 16:19).
Con este argumento el catolicismo afirma dos cosas
concernientes a Pedro: (1) que él recibió la autoridad
de perdonar pecados; y (2) que Jesús consideró como
aprobado, autoritativo y bueno cualquier cosa que él
haría con Su iglesia. En otras palabras, Jesús le dio el
don de la “infalibilidad”.
Para analizar lo que Jesús dijo acerca de Pedro, otra
vez debemos tener en cuenta que el contexto de Mateo
16:19 está firmemente ligado al tema de la iglesia,
y no al perdón de pecados o a la concesión de alguna
clase de infalibilidad en asuntos doctrinales. Un texto
bíblico que puede ayudarnos a entender Mateo 16:19
es Mateo 18:18, donde Jesús hizo la misma promesa
a todos Sus apóstoles. Él dijo: “De cierto os digo que
todo lo que atéis en la tierra será atado en el cielo; y
todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en los
cielos”. De este texto, Boles ha señalado: “Este es el
mismo pensamiento encontrado en Mateo 16:19.
Esto muestra que tiene una aplicación más amplia que
la disciplina de un hermano errante. El Espíritu Santo
guiaría a los apóstoles en su instrucción al hermano
errante y a la iglesia” (1999, p. 288, énfasis añadido).
Así que en Su declaración en Mateo 16:19, Jesús estaba
afirmando que las condiciones del sistema cristiano que
Pedro y los demás apóstoles expondrían ya habían sido
requeridas por el Cielo.
La gramática griega de estos versículos aclara el
significado del enunciado de Jesús. A.T. Robertson ha
anotado que “[e]l futuro perfecto pasivo ocurre en el N.T.
solamente en la forma perifrástica en tales ejemplos como
Mateo 16:19 y Mateo 18:18” (1934, p. 361). Por tanto, el
texto debería leerse: “y todo lo que atares en la tierra
habrá sido atado en los cielos, y todo lo que desatares
en la tierra habrá sido desatado en los cielos”. Al decir
esto, Jesús aseveraba que las resoluciones en la Tierra
estaban sujetas a las decisiones hechas en el cielo. Los
apóstoles enseñarían de acuerdo con lo que ya había
sido atado o desatado en el cielo. Esto no se basaba en
la infalibilidad de un hombre, sino en la infalibilidad del
Espíritu Santo prometido a los apóstoles en el primer
siglo (Juan 16:13; cf. Mateo 10:19-20). Hoy tenemos las
enseñanzas inspiradas e infalibles del Espíritu Santo en
la Biblia (2 Timoteo 3:16-17).
Jesús nunca instituyó a Pedro como papa. Los títulos
“Papa”, “Pastor Universal”, “Cabeza Terrenal de la Iglesia”,
“Pontífice” y otros, nunca salieron de la boca de Jesús
para describir a Pedro. Independientemente de los
privilegios otorgados a Pedro, su autoridad y derechos
fueron la misma autoridad y derechos concedidos a los
demás apóstoles del Señor (cf. 1 Corintios 9:1-5; 12:28;
2 Corintios 11:5; 12:11; Gálatas 2:8).



miércoles, 6 de febrero de 2013

Vestimentas de las Cristianas

¿Qué dice la Biblia acerca del vestuario de la mujer cristiana?
Respuesta:
En primer lugar es muy importante que entendamos que Dios está mucho más interesado en el corazón del individuo que en su forma de vestirse: “porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón” (1 Samuel 16:7). La Biblia rechaza a aquellos que “se glorían en las apariencias y no en el corazón” (II Corintios 5:12). Y la Palabra de Dios también nos exhorta: “No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio” (Juan 7:24).
Por tanto, no podemos gloriarnos en nuestra santidad sobre la base del vestuario que nos ponemos ni podemos condenar a otro simplemente basándose en su modo de vestir.
PERO esto no quiere decir que la forma de vestir no tenga ninguna importancia. Jehová mismo se encargó de hacer túnicas de pieles para Adán y Eva después que hubieran pecado y llegado a saber el bien y el mal (Génesis 3:21). De esta manera señala la necesidad de cubrir su desnudez. NO ES LICITO que el cuerpo de uno quede descubierto a vista del público. Dios quiere que nos cubramos con nuestro vestuario (hombres y mujeres). Vale la pena notar que la “túnica” conque Dios los vistió a ambos se refriere un vestido largo que llegó al menos hasta las rodillas del individuo.
A través de los siglos diferentes vestuarios han tenido diferentes significados (de un lugar a otro y de una generación a otra). La Biblia nos revela que en un tiempo cierto vestuario señalaba a la ramera (Proverbios 7:10). Génesis 38:14 nos revela que Tamar estaba vestida con “los vestidos de su viudez” – cierto vestuario llevado por las viudas de aquella región y tiempo. Luego se los quitó y se puso otros vestidos para que Judá creyera que era una ramera. TAMBIÉN había cierta ropa que distinguía a los sacerdotes bajo el Antiguo Pacto (Éxodo 28:2 y muchos otros textos). El cilicio (un vestuario muy rudo) era señal de luto y también de arrepentimiento (II Samuel 3:31; Mateo 11:21). Mateo 21:11 hace referencia a la costumbre de un vestido de boda. Así que aprendemos que cierto vestuario en diferentes épocas, culturas y lugares puede tener un significado especial ante los ojos del pueblo. Naturalmente la cristiana debe evitar la apariencia de la maldad en estas cosas (que cambian de un lugar para otro y de una generación para otra).
Ya que cierto vestuario puede tener un significado especial, nos debemos preguntar si la cristiana (o el cristiano) debe llevar un vestuario especial para darse a conocer como seguidor de Cristo y así distinguirse del mundo. La respuesta es SI, pero no es un vestido especial en el sentido material. La cristiana debe vestirse de “un espíritu afable y apacible” y “con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad” (1ª Pedro 3:4; 1ª Timoteo 2:10). Según la Biblia la manera en que la cristiana debe distinguirse del mundo no es con un vestuario especial sino con sus HECHOS y sus ACTITUDES CRISTIANAS.
La Palabra de Dios no señala que la mujer puede llevar cierto vestuario y otro no. El deseo de algunos predicadores de establecer ciertos reglamentos específicos en cuanto al vestuario de la mujer es INCORRECTO. No tenemos derecho de establecer una ley que Dios no ha establecido ni de convertir nuestra propia opinión en ley para los demás.
PERO la Biblia no nos ha dejado sin guía en este asunto del vestuario de la mujer. Hay algunos principios que debemos entender. Estos son principios fundamentales en los cuales tenemos que basar nuestras decisiones en cuanto a cuales vestiduras son apropiadas y cuales no para una persona que sigue a Cristo. Las bases se encuentran en 1ª Timoteo 2:9, 10; 1ª Pedro 3:3-6.
(1) El atavío de la mujer debe ser BIEN ORDENADO (“se atavíen de ropa decorosa”). La ropa es para CUBRIR y DECORAR el cuerpo. No es incorrecto vestirse con este propósito. Pero la mujer debe entender que el vestuario NO ES PARA REVELAR EL CUERPO sino para DECORARLO.
(1) El atavío de la mujer debe ser DISCRETO (“pudor”). La mujer debe ser honesta y casta en su forma de vestir. Debe sentir vergüenza al contemplar un vestido que llama la atención a su cuerpo. Tiene que aprender a ser sensible a lo impuro o deshonrado. La mujer cristiana debe estar consciente de su capacidad de servir como tentación para el varón si no tiene cuidado en su modo de vestir (vea Mateo 18:6-9). Por supuesto una mujer que tiene un corazón lleno de PUDOR no quiere llamar la atención a su cuerpo. (Vale la pena notar que hay hombres que buscan la tentación. En estos casos la encontrarán A PESAR del vestuario discreto de la mujer NO POR CAUSA de ello.)
(1) El atavío de la mujer debe ser MODERADO y sabio (“modestia”). La modestia es la sanidad de mente que domina los deseos desordenados y todas acciones. Hay que EVITAR LOS EXTREMOS en el atavío. Fíjese que lo que el Espíritu Santo condena no es el peinado sino LO OSTENTOSO. No condena las riquezas sino EL ORGULLO y EL ÉNFASIS que se da a las riquezas materiales: la vanidad. La mujer no debe tratar de llamarse la atención ni ganar fama por llevar vestidos lujosos.
ESTOS SON LOS PRINCIPIOS que debemos enseñar y que las cristianas deben poner en práctica. Si logramos estos cambios internos en nuestras hermanas en vez de tratar de imponer ciertas leyes y restricciones que la Biblia no impone, realmente les habremos ayudado a CRECER ESPIRITUALMENTE y SU EJEMPLO servirá para glorificar a Dios. De otra manera corremos el riesgo que ellas se sujeten a nosotros y a nuestras opiniones sin que realmente haya cambio en lo más importante: El corazón. Una mujer que haya aceptado estos principios bíblicos se vestirá de una manera que no servirá de tropiezo para ninguno.
Hay otro texto que frecuentemente se menciona al estudiar este tema. Deuteronomio 22:5 se ha citado mucho para probar que la mujer no debe vestir pantalón. “No vestirá la mujer traje de hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer; porque abominación es a Jehová tu Dios cualquiera que esto hace.” PERO si analizamos bien el caso, no estaba hablando del pantalón. Ni los hombres vestían pantalón en aquel tiempo sino que tanto los hombres como las mujeres vestían la túnica. Realmente estaban un poco parecidas las vestiduras de hombre y mujer – PERO NO ERAN IGUALES. Había una distinción entre hombre y mujer en su vestuario y Dios quería que entendieran que Él aborrece cualquier intento de hacerse pasar por persona del sexo opuesto (como los homosexuales modernos). Si aplicáramos el principio de Deuteronomio 22:5 al pantalón moderno sería que la mujer no debe vestir pantalón de hombre ni el hombre pantalón de mujer. El pantalón de la mujer es diferente del pantalón del hombre y así debe ser. Pero lo que yo me pregunto a veces es esto: ¿Por qué estas personas que se oponen con tanta vehemencia al pantalón en la mujer no se oponen a la camisa que lleva el hombre que es casi igual a la blusa de la mujer? ¿Verdad que sería ridículo?
En lo personal, quizá prefiero que la mujer no se vista de pantalón, pero esto no me da el derecho de insistir en que todos acepten mi preferencia personal. Por supuesto el pantalón, la blusa, el traje o cualquiera vestidura pudiera ser pecado si no cumpliera con los requisitos o principios fundamentales que ya estudiamos. Un pantalón muy apretado (de varón o mujer) que revela en vez de cubrir el cuerpo debe ser desechado por cristianos. Pero decir que el pantalón en sí es pecado es simplemente ir más allá de lo que está escrito.

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Iglesia de Cristo en Villa Consuelo

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Quienes Somos


Somos la Iglesia de Cristo
En más de una ocasión se nos ha preguntado si somos mormones, testigos de Jehová, católicos, presbiterianos, adventistas, evangélicos, budistas, bautistas, protestantes; en fin, cuanta religión hay sobre la tierra. Y simplemente contestamos que somos cristianos. No tenemos nada en contra de nuestros amigos de otras religiones, a quienes amamos y con los cuales compartimos; pero creemos que existe un patrón bíblico por el cual debemos regirnos:
Un nombre bíblico
Nos llamamos cristianos, sin otros apellidos o apodos. Las congregaciones se llaman Iglesia de Cristo como en Romanos 16:16: "Las Iglesias de Cristo os saludan". No se dice que una congregación es la iglesia del hermano fulano de tal. Este fue el error de los corintios quienes decían: "Yo soy de Pablo; y yo de Apolos; y yo de Cefas; y yo de Cristo". Pablo los reprendió con la interrogante: "¿Acaso está dividido Cristo?" (1 Corintios 1:12, 13).

Un credo inefable
El credo nuestro es la Biblia, único libro inspirado por el Espíritu Santo. Los credos de concilios, los catecismos, las disciplinas, ¿no son todos estos nada más que obras de hombres falibles? Pues, no los admitimos sino que hablamos "conforme a las palabras de Dios" (1 Pedro 4:11), no yendo más allá "de lo que está escrito" (1 Corintios 4:6).
Cómo adoramos
Si nos visitas -y lo puedes hacer en cualquier ocasión, sin compromiso, como observador- verás que adoramos "en espíritu y en verdad" (Juan 4:24). No encontrará ningún desorden ni alboroto, pues, sometiéndonos a las instrucciones del Espíritu Santo, hacemos "todo decentemente y con orden" (1 Corintios 14:40). Varones fieles y de buen testimonio dirigen los cultos. En cuanto a las hermanas, el Espíritu Santo ha ordenado: "Como en todas las iglesias de los santos, vuestras mujeres callen en las congregaciones" (1 Corintios 14:33, 34), añadiendo en 1 Timoteo 2:12: "No permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre". Por lo tanto, en los cultos de la iglesia de Cristo las mujeres no dirigen ni predican.
Cómo oramos
Para comenzar los cultos, elevamos una oración al trono de Dios. "Hay un sólo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre" (1 Timoteo 2:5). Por lo tanto, oramos sólo en el nombre de Jesús. No oramos todos a la vez en voz alta, lo cual, si se hiciera, traería mucha confusión; sino que un hermano dirige, los demás asintiendo por medio de decir el "amén" al final de la oración.
Cómo cantamos (sin instrumentos)
Aunque le parezca cosa extraña, la única música que usaba la iglesia del primer siglo era vocal. Es la única que encontrará en la Iglesia de Cristo del siglo 20. No tocamos guitarras, panderetas, maracas, trompetas, acordeones, pianos, órganos, ni ningún otro instrumento. Cantamos. "Cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento" (1 Corintios 14:15). "Hablando entre vosotros con salmos, con himnos y alabando al Señor en vuestros corazones" (Efesios 5:19). "Cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales" (Colosenses 3:16). "¿Está alguno alegre, cante alabanzas" (Santiago 5:18). Al visitarnos, sería muy de nuestro agrado que cantara con nosotros, pero no haría nada fuera de orden de no hacerlo.

Referente al culto celebrado por los judíos bajo el Antiguo Testamento, durante la era antes de la muerte de Cristo, sabemos que se usaban instrumentos. Pero, debiéramos entender que cuando el Señor fue crucificado, el Antiguo Testamento fue anulado, siendo quitado de en medio y clavado en la cruz (Colosenses 2:14-17). Ahora, textos tales como el Salmo 150 no están vigentes. La Iglesia adora según los mandamientos del Nuevo Testamento, no conforme a los del Antiguo Testamento. "Al decir: 'Nuevo Pacto', ha dado por viejo al primero, y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer" (Hebreos 8:13).
Cómo ofrendamos
Si asiste, como visitante, a una reunión de la Iglesia de Cristo, no se le pedirá nunca ofrenda alguna, ni se le ofrecerá en venta artículo religioso alguno. No somos como los que hacían del templo de Dios una "casa de mercado" (Juan 2:13-17) o "cueva de ladrones" (Mateo 21:12,13). Predijo el Espíritu Santo: "Por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas" (2 Pedro 2:3). No somos de los que cumplen dicha profecía, pues no vendemos bizcochos ni pasteles, ni discos, cintas grabadas, revistas, libros o pañuelos ungidos, ni pedimos en las calles. Tampoco exigimos el diezmo, ya que la ley de diezmar fue abrogada al morir Cristo en la cruz.
Hacemos todas nuestras obras evangelísticas y benévolas mediante ofrendas dadas voluntariamente el primer día de cada semana. Esto es bíblico. No todos los días, sino "Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre" (2 Corintios 9:7). La ofrenda "será acepta según lo que uno tiene, no según lo que no tiene" (2 Corintios 8:12).
Cómo celebramos la cena del Señor
En los cultos celebrados el primer día de cada semana, los miembros de la Iglesia de Cristo conmemoran la muerte del Señor por medio de comer el pan sin levadura y tomar de la copa. Esta práctica es bíblica. Los primeros cristianos "perseveraban... en el partimiento del pan" (Hechos 2:42), o sea, en la cena del Señor. "Perseveraban"; es decir, partían el pan a menudo. ¿Cuando? Hechos 20:7 dice que lo hacían los domingos. "El primer día de la semana (domingo), reunidos los discípulos para partir el pan...". Otros textos, tales como 1 Corintios 10:16-22 y 11:17-34, enseñan cómo se debiera celebrar la cena. Desde luego, sólo los miembros de la Iglesia tienen derecho de comer la cena.
Cómo celebramos la cena del Señor
Tú también podrás tener la dicha de comer la cena y gozar de muchas otras bendiciones en Cristo al hacerte miembro de esta Iglesia auténticamente bíblica. A fin de lograrlo y así salvarte, sólo tienes que hacer lo que dijo Cristo. "El que creyere y fuere bautizado (sumergido), será salvo" (Marcos 16:16). Dijo Pedro: "Arrepentíos, y bautícese... para perdón de pecados" (Hechos 2:38). Si cree, se arrepiente y se bautiza, Cristo le añadirá a Su Iglesia (Hechos 2:47), y, perseverando en santidad, estará, preparado para el día cuando el Señor venga para llevar su pueblo a la gloria celestial. Pues, ¡sea salvo ahora! Conviértase a Cristo. Bautícese cuanto antes y hágase miembro de una congregación regida por las doctrinas y normas del Nuevo Testamento. Dios te bendecirá ahora y siempre. -.- 



sábado, 19 de enero de 2013

El Bautismo

Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el
evangelio a toda criatura. El que creyere y
fuere bautizado, será salvo; mas el que no
creyere, será condenado. Marcos 16.15, 16
INTRODUCCION
Bautismo es una palabra griega que significa inmersión. No fue traducida al español
sino transliterada. 
Sigue siendo griega y sigue significando inmersión. 
Con relación al bautismo existe mucha controversia  basada en la especulación
teológica.
En esta ocasión estudiaremos lo que dicen las Sagradas Escrituras respecto al
bautismo.
Dice la biblia que existe únicamente un bautismo: un Señor, una fe, un bautismo,
Efesios 4.5
EL MANDAMIENTO DEL BAUTISMO
En primer lugar el bautismo es un mandamiento de Dios, y debe hacerse por la
autoridad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo: Y Jesús se acercó y les habló
diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced
discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y
del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; 
y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.
Mateo
28.18-20
Mas que ser estas palabras una formula que decir al bautizar, significan mas bien la
autoridad y el Nombre para quien es bautizada la persona.
EL PROPÓSITO DEL BAUTISMO
Siendo el bautismo suministrado por la autoridad de Dios, no puede el hombre
inventar otros bautismos, ni darle un significado o propósito diferente, el bautismo  es para el perdón de los pecados.
Contrario a lo que enseñan muchos grupos religiosos de hoy, Nuestro Señor
Jesucristo nos dice que el bautismo es requisito de salvación: El que creyere y fuere
bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.
Marcos 16.16
Pedro dice: El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva  (no quitando las
inmundicias de la carne, sino como la aspiración de una buena conciencia hacia
Dios)  por la resurrección de Jesucristo,
1Pedro 3.21
SIGNIFICADO ESPIRITUAL DEL BAUTISMO
El bautismo simboliza externamente el nuevo nacimiento, por el cual nacemos
espiritualmente de Dios: Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo,
un principal entre los judíos. Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos
que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que
tú haces, si no está Dios con él. Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te
digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Nicodemo le
dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda
vez en el vientre de su madre, y nacer? Respondió Jesús: De cierto, de cierto te
digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de
Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo  que es nacido del Espíritu, 
espíritu es.
Juan 3.1-6 
Dios es Espíritu, no es materia ni “padre de materia”. Nosotros somos materia, y
llegamos a ser hijos de Dios espiritualmente solo mediante la fe y el bautismo.
Nos identificamos con la muerte, sepultura y resurrección de Cristo únicamente por
medio del bautismo:  ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en
Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados
juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó
de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida
nueva. Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su
muerte, así también lo seremos en la de su resurrección;
Romanos 6.3-5 sepultados
con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe
en el poder de Dios que le levantó de los muertos
. Colosenses 2.12 
El evangelio es la muerte, sepultura y resurrección de Cristo (1Corintios 15.1-4) y
se obedece creyendo en El, arrepintiéndonos de los pecados, sepultándonos   en
agua y renaciendo a una nueva vida (Romanos 6.3-5).
FALSAS DOCTRINAS
Algunas de las herejías o falsas enseñanzas que con respecto al bautismo ha
inventado el hombre a lo largo de la historia son:
Que es para perdón del pecado original, que los niños nacen con este pecado
y deben ser bautizados para salvarse del limbo. Que es únicamente para ser añadido a la iglesia, por lo tanto no es para
salvación.
Que no es necesario, basta solamente con creer en Jesús.
Que la persona es salva antes del bautismo, al creer en Cristo, pudiéndose
bautizar después solo si lo desea.
REQUISITOS PARA SER BAUTIZADO
¿Cuáles son los requisitos para proceder al bautismo? 
En primer lugar, y siendo el bautismo para perdón de los pecados, es necesario que
la persona se reconozca como pecadora, apartada de  Dios y necesitada de su
perdón:
Es necesario creer, de todo corazón, que Jesucristo es el Hijo de Dios:  Entonces
Felipe, abriendo su boca, y comenzando desde esta escritura, le anunció el
evangelio de Jesús. Y yendo por el camino, llegaron a cierta agua, y dijo el eunuco:
Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado? Felipe dijo: Si crees de todo
corazón, bien puedes. Y respondiendo, dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios.
Y mandó parar el carro; y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le
bautizó. Cuando subieron del agua, el Espíritu del  Señor arrebató a Felipe; y el
eunuco no le vio más, y siguió gozoso su camino.
Hechos 8.35-39 
El eunuco no fue bautizado sino hasta que confeso con sus labios su fe en Cristo. Es
pues imprescindible que el candidato al bautismo confiese audiblemente esta fe:
Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la
palabra de fe que predicamos: que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor,
y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque
con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.

Romanos 10.8-10
Asimismo es necesario estar arrepentido de la vida y los pecados pasados: Pedro les
dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de  vosotros en el nombre de Jesucristo
para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.
Hechos 2.38
Como respuesta al catolicismo romano, un bebé no puede tener pecados, no puede
oír el mensaje, no lo puede entender, no puede creer de todo corazón, no puede
arrepentirse y no puede confesar su fe. 
Por eso no vemos en la Biblia un solo ejemplo de bautismos de niños.
Como respuesta al sectarismo evangélico: nadie se salva sin obedecer los
mandamientos de Dios, y el bautismo es un mandamiento. 
No es una obra de merito personal, es Dios quien lo diseñó y quien lo manda.
CONCLUSION
Habiendo entendido el mensaje del evangelio, no existe nada que impida a una 
persona bautizarse: Y él dijo: El Dios de nuestros padres te ha escogido para que conozcas su voluntad,  y veas al Justo, y oigas la  voz de su boca. Porque serás
testigo suyo a todos los hombres, de lo que has visto y oído. Ahora, pues, ¿por qué
te detienes? Levántate y bautízate, y lava tus pecados, invocando su nombre.

Hechos 22.14-16 Entonces respondió Pedro: ¿Puede acaso alguno impedir el agua,
para que no sean bautizados estos que han recibido el Espíritu Santo también como
nosotros?
Hechos 10.47
También a usted lo ha elegido el Señor para que escuche y conozca su voluntad en
el evangelio, la cual, no todo el mundo ha tenido el privilegio de oír.
Así también, una vez conociendo la voluntad de Dios respecto al bautismo, la
responsabilidad personal aumenta. 
Muchas personas podrán decirle a Dios que no supieron, pero usted ya no. 
Puede usted retrasar el momento de su bautismo, solo recuerde que su vida no está
en sus manos.
El bautismo nos reviste de la justicia de Cristo: porque todos los que habéis sido
bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos.
Gálatas 3.27
Es el bautismo un sencillo acto de obediencia a Dios.
No cuesta esfuerzo, dinero ni tiempo.
No se requiere de una ceremonia o protocolo especial.
De hecho, la búsqueda de convertir al bautismo en una ceremonia memorable, echa
por tierra el propósito salvífico del acto. 
El único propósito del bautismo debe ser el perdón de los pecados, cualquier otro
pensamiento invalida el acto.
Tampoco es imprescindible conocer toda la doctrina  de Dios, menos todas las
diversas doctrinas del sectarismo; no se requiere una renovación moral o una
transformación espectacular. 
No es cuestión del intelecto, sino de la voluntad. 
Basta con desear obedecer la voluntad de Dios. 
Porque es la voluntad de Dios que quienes se acerquen a El en busca de vida eterna
sean bautizados en su autoridad:  Así que, los que recibieron su palabra fueron
bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas
. Hechos 2.41
PARA MEMORIZAR:
1.- El bautismo es un mandamiento de Dios, no se le ocurrió al hombre ni a la
iglesia. 2.- Su único propósito es el perdón de los pecados. 3.- Debe ser totalmente
sumergida la persona en agua. 4.- Los requisitos para ser bautizado son la fe en
Cristo como Hijo de Dios, el arrepentimiento y la confesión de esa fe. 5.- Una vez
entendido esto, nada impide que la persona sea bautizada.